Hace días que quería escribir y después de mucho aquí estoy, ya no en Barcelona como muchos sabían sino que ahora en París, jajaja, al final ser ciudadano del mundo parece a veces más simple de lo que dicen.
La verdad es que han sido meses bien intensos... La etapa de Barcelona se cerró, bueno al menos por ahora, y comenzó ya mi largo camino hacia Chile nuevamente. La decisión me costó mucho tomarla, pero racionalmente creo que volver al país tiene muchas cosas positivas y que por ahora necesito aunque sé también que el regreso no será nada de fácil, y tendré que acostumbrarme a muchas cosas... Pero bueno... así son las decisiones siempre se pierde algo y se gana otra cosa y eso espero.
Barcelona fue una etapa increíble, de mucho crecimiento personal, grandes momentos, muchos amigos, mucho aprendizaje, muy buenos viajes, largas e interesantes conversaciones y mucha sangría y tapas. Trabajé para un país que ni siquiera conocía su capital: Jordania, y defendí una tesis que obvio era peluda, jajaja, no la puedo hacer fácil. Pero también llegó el momento de darme cuenta que ahí no podía trabajar en lo que me gusta, el periodismo escrito, porque por mil atados siempre iba a ser más fácil contratar a un catalán que a una "shilena". Así es que asumiendo que tengo mucho que ganar laboralmente en Chile, además de que allá está mi familia, amigos, etc, decidí volver. Por un tiempo, para siempre, no sé, pero por ahora volver.
Pero para que no fuera una salida tan brusca preferí hacerlo escalonado. Y por eso me vine a París. Dos meses, a estudiar full francés, y tratar de aprender más de lo que nos enseñó la "Madame". El idioma me encanta y bueno... la ciudad... es increíble. Estar en París y no ser turista y tener el tiempo para recorrerla, caminarla, mirarla, es un placer. Y aquí estaré hasta agosto cuando ya vuelva a Barcelona, viaje unos meses antes de volver definitivamente a Chile a fines de septiembre.
En el camino de lo que ha sido esta despedida de Europa tuve la suerte de encontrarme o mejor dicho reencontrarme con dos personas que por triste coincidencia sólo las vi una semana antes que yo partiera y que ella partiera. Son la Antonia Valdés y la Camila Larraín, una en Barcelona, la otra en París. Pero bueno, aunque corto fue super heavy y lindo verlas, me reí mucho con ambas, y les agradezco por ese tiempo porque de verdad me recordó esos buenos momentos del colegio, me trajo a la memoria esas grandes frases que por lo visto aún no se olvidan, y me volví a reir con esas mentiras, historias y pelambres que caracterizaron al menos los últimos años del VMA. Fue genial saber que están super bien, mirarlas y ver que el tiempo aunque pasa es como si cuando nos juntamos se detuviera... no sé, fue muy loco y muy bueno a la vez...
Les mando saludos a todas y espero no se olviden de este lugar...
Besos
Berni Ochagavía
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